Para perderle el miedo a la poesía, por Silvina Friera de Página/12


PAGINA/12


VIERNES, 29 DE AGOSTO DE 2014


CULTURA › EMPIEZA EL VI FESTIVAL DE POESIA EN LA ESCUELA

Unos dos mil alumnos de los diversos niveles educativos y sus docentes participarán del encuentro que comienza hoy en una escuela del Delta del Tigre, con una lectura de Diana Bellessi. Durante veinte días habrá talleres, lecturas y homenajes.








Por Silvina Friera



La poesía –“esa larga y prolongada vacilación entre el sonido y el sentido”, desde la perspectiva de Paul Valéry– anda vibrando por las paredes de las aulas del país con una potencia que rompe las murallas de arcaicos prejuicios. Alrededor de 2000 alumnos de los diversos niveles educativos –inicial, primario, secundario, educación especial y artística– y sus docentes participarán del VI Festival de Poesía en la Escuela, que comienza hoy en la Escuela Primaria 12 y Escuela Media 46 (Río Sarmiento, Delta del Tigre) con una lectura de Diana Bellessi. Los 30 poetas invitados –Paulina Aliaga, Marcelo Carnero, Javier Cófreces, Lucio L. Madariaga, Alberto Muñoz, Eduardo Mileo, Alicia Genovese, Marcelo Carnero, Romina Freschi, Victoria Schcolnik, Silvia Castro, Gabriel Reches y Ricardo Cabral, entre otros– leerán sus propios poemas pero también los de algún maestro o maestra para trazar una especie de gran red entre generaciones. Como todos los años, habrá talleres de poesía y arte visual, de poesía y juegos teatrales, de Kamishibai, de libros artesanales y de investigación y creación digital, por mencionar algunas de las opciones. En la Escuela Alfonsina Storni, de Casa Grande (Córdoba), se pintará un mural colectivo en base al libro El árbol de lilas, de María Teresa Andruetto. El cierre, el miércoles 17 de septiembre, se hará por primera vez en Tecnópolis, con un homenaje a Juan Gelman.

El festival, organizado por las poetas Alejandra Correa y Marisa Negri, cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación y la Fundación Flechabus. “Cierro los ojos, y otra vez es el primer festival y estamos reunidos en la casa de Alejandra con muchos poetas viéndonos las caras por primera vez –recuerda Negri a Página/12–. Y aquí estamos, cinco años más tarde, la gran mayoría sigue con alegría participando del festival, y aunque la vida nos va mudando –literalmente en mi caso– hay algo que fue fundado y que permanece. Una alianza, una manera de mirar y de brindarse. Y eso nos hermana. Los chicos nos esperan, los más grandes proponen seguir participando, aunque ya dejaron la secundaria y se organizan para ir a susurrar a otras escuelas.” Correa cuenta que hay jóvenes egresados de las escuelas por donde ha pasado el festival que siguen en contacto como susurradores o se acercan a colaborar. “El año pasado se tejieron lazos muy hermosos con chicos de la Escuela 3 del barrio de Floresta. Allí recibieron al festival con una gran producción. Las bibliotecarias tenían un día de lectura de poesía, una silla especialmente decorada para el lector, y los chicos estaban fascinados con esta posibilidad de ‘decir’ un poema que habían aprendido de memoria, pero sin ser torturados con la memorización, se veía el disfrute. Fue realmente emocionante escucharlos recitar a coro ‘La muralla’, de Nicolás Guillén. No sólo eso, los chicos habían investigado y leído a los poetas que iban ese día: Leonardo Martínez, Selva Dipasquale, Inés Manzano y Miguel Martínez Naón. Una de las chicas que pidió decir un poema en voz alta miró a Selva Dipasquale y le dijo: ‘Voy a recitar un poema tuyo’. Imaginate lo maravilloso de la situación...”

El año pasado, Correa –que nació en Uruguay y desde los tres años vive en Buenos Aires– regresó a la escuela del barrio de Almagro donde cursó desde jardín hasta tercer grado. “Fue una emoción enorme poder entablar un diálogo con los chicos de hoy en ese lugar tan querido que fue mi primera escuela, donde aprendí a leer y a escribir”, confiesa la poeta, autora de Cuadernos de caligrafía y Los niños de Japón, entre otros poemarios. “Cada año que volvemos a la Escuela Portal del Sol, de Tapiales, tenemos a los pequeños poetas detrás nuestro para mostrarnos lo que acaban de escribir. Y la situación se repite en otras escuelas. Los docentes de todo el país nos escriben, nos preguntan cómo pueden sumarse, cómo pueden leer o intentar que los chicos escriban. Verdaderamente es conmovedor para nosotras ver cómo se multiplica la propuesta.” Negri advierte que falta mucho camino aún por recorrer. “La poesía sigue siendo esa unidad de la currícula que se deja para fin de año, cuando ya todo lo importante está dado. El gran desafío es conquistar el corazón de los maestros, porque con los chicos no nos ha costado nada, ha sido jugar, tomar prestado de aquí y de allá, leer, escribir... Pero los maestros tienen que relajarse más, no estar presos de los horarios, los timbres, los libros de texto, para experimentar otras cosas.” Correa plantea que se proponen actividades para “perderle el miedo a la poesía”. “El prejuicio mayor es el de la dificultad de abordaje de la poesía. Queremos convencer a los docentes de que la poesía para un chico o para un adolescente es un lenguaje cercano. Que en esa edad hay permeabilidad a la poesía y lo que hay que hacer es ofrecer y dar a conocer. Mediar. Pero es el propio docente el que debe experimentarla en primer lugar.”

Tecnópolis será un escenario ideal para concluir la sexta edición del Festival de Poesía en la Escuela. “Este año contamos con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación, con el que venimos dialogando desde hace tres años, realizando intercambios de ideas y experiencias, aportando lo que podemos desde nuestro lugar, que es autogestivo –explica Correa–. Estamos felices porque el ministerio entregará 10 mil bibliotecas de poesía para las escuelas secundarias de todo el país, cada biblioteca con 80 volúmenes, entre los que se encuentran poetas como (Juan Carlos) Bustriazo Ortiz, Jorge Leónidas Escudero, Diana Bellessi, Joaquín Giannuzzi, Alejandra Pizarnik y Juan Gelman. De hecho, la biblioteca llevará el nombre de Juan Gelman. Siempre hemos insistido con que uno de los problemas que teníamos que solucionar era que en las escuelas no había libros de poesía. Estas bibliotecas además implican una inyección de energía para las pequeñas editoriales independientes que fueron elegidas para editar 10 mil volúmenes de cada libro. Y para los poetas, a los que les han pagado derecho de autor. Es una movida importantísima.”

Cuando murió Gelman, en enero de este año, muchos chicos que están en el grupo de Facebook de Poesía en la Escuela les escribían a Negri y a Correa para darles el pésame y posteaban poemas del escritor en el muro. “Eso es invalorable. Que un joven de 15, 17 años sepa quién fue Gelman, que lo asocie a Poesía en la Escuela, porque lo conoció a través de nosotros, es comprobar que el trabajo ha rendido sus frutos –dice Negri–. En el cierre participarán Alicia Genovese, Julia Magistratti, Sergio de Matteo y Lucio Madariaga, habrá un homenaje a Gelman, realizaremos talleres con su obra, leeremos poemas con los chicos, realizaremos una instalación interactiva. Cuando estábamos organizando el segundo festival, en 2011, Juan nos envió un mensaje que decía: ‘Este festival tiene un gran valor: lleva a las escuelas poesía de verdad, la que aprendemos a amar, la que nos ayuda a pensar y sentir con el espíritu sin errores de ortografía ni sintaxis imperfectas. Saludo a sus organizadores de todo corazón y ojalá este ejemplo cunda y abrigue a los alumnos del país entero’. En eso estamos, en que Poesía en la Escuela cunda y abrigue.”

* Programación en: poesiaenlaescuela.blogspot.com

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-33193-2014-08-29.html

Experiencias reunidas


Después de cinco ediciones, el Festival edita Poesía en la Escuela: Cómo leer y escribir poesía en el aula, escrito conjuntamente por Marisa Negri y Alejandra Correa. “Lo que nos propusimos con el libro fue reunir la experiencia de veinte años de docencia de Marisa sumada a la experiencia de Poesía en la Escuela. Partimos de personas que escribieron sobre el tema del taller de escritura. Libros valiosísimos, como el de Gloria Pampillo, Lidia Lardone y María Teresa Andruetto –subraya Correa–. El libro tiene columnas de mucha gente a la que admiramos y valoramos porque han trabajado antes que nosotras en este camino. Por ejemplo, Angela Pradelli, la uruguaya Mercedes Calvo, Andruetto, Liliana Ancalao –ella habla de la ‘oralitura’, la poesía y la oralidad relacionadas con el pueblo mapuche–, Damián Masotta, Liliana Campazzo y Mirta Colángelo, que fue quien trajo al país la experiencia de los susurradores, entre otros.”

Comentarios