Hace tiempo que no escribo. Con ello me pasa lo
siguiente: Dios no quiere que yo escriba pero yo tengo necesidad de hacerlo.
Así se produce un constante tira y afloja, pero en definitiva Dios es el más
fuerte, y hay en ellos más desgracia de la que puedas imaginarte...
Kafka, Praga, 9 de noviembre de 1903.
Los niños manchan con témperas la mitad de una
hoja, la doblan y al abrirla los sorprende la expansión de un nuevo objeto. Eso
es escribir. Quiero yo que eso sea escribir. La expansión puede ser breve pero
constituye la esencia del objeto. Entonces, me propongo el siguiente ejercicio:
Desnudar objetos y aplastarlos. Descubrir los árboles genealógicos y las raíces
de todo lo que nos rodea, conscientes de que en esa maraña, realmente, somos:
claveles del aire.
…
Al fresno se mudó...
la Rana Gigante
escribo
y ella
me mira
parece
que va
a saltar
ahora no
en cualquier momento.
Es de noche
y la vigilamos.
Duerme.
Subimos al árbol
por la escalera.
La iluminamos
con unas linternitas
mientras le abrimos la boca
vemos manzanas trituradas
en su interior.
Selva Dipasquale nació el 8 de noviembre de 1968 en Buenos Aires. Publicó La disipación (2012), Meditaciones en el Bosque (2007), Paraselene (2005), Camaleón (1998), Teoría de la Ubicación en el Espacio (1994). Integra diversas antologías de poesía argentina.
Coordinó el blog www.lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com
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