Angela Pradelli, Miguel Martínez Naón, Gabriela Borrelli, Marisa Negri, Javier Galarza, Alejandra Correa y Georgina Hassan en la primera mesa del festival / Liceo 1 |
Les pedimos a los poetas y artistas participantes del II Festival de Poesía en la Escuela que nos enviaran una crónica de su experiencia.
Aquí publicamos la respuesta de nuestra querida Angela Pradelli:
Y qué hay en las fisuras de las palmas
de las manos sino el instante de la lengua
que pronuncia sus enunciados aun
en la imposibilidad de la palabra.
Y qué hay en un instante
sino la concentración de la palabra
que nos nombra sujetos.
Sonidos, timbres,
llantos,
la risa ahogada de los viejos,
sus quejidos de dolor,
las campanas y el maullidos de los gatos,
el viento,
el eco de todo lo deshecho,
vocales,
el aplauso de los que llaman
y el golpe de las puertas en el final.
La fuga de las aves,
las canciones
y el sonido de los trenes,
las olas al romper,
las murmuraciones,
nuestros balbuceos,
y los gritos,
la música de los pianos.
Todo se repliega en ese borde,
y la fisura se hace inmensa
en el abismo del silencio.
Pero dentro de las aulas,
en la voz,
aun en la fragilidad atroz
de todas nuestras voces
y todas nuestras letras, nos movemos
siempre en la eternidad de la palabra y sus sentidos,
en la búsqueda
de la pura significación
emocionada
del lenguaje.
Angela Pradelli
octubre 2011
Y qué hay en las fisuras de las palmas
de las manos sino el instante de la lengua
que pronuncia sus enunciados aun
en la imposibilidad de la palabra.
Y qué hay en un instante
sino la concentración de la palabra
que nos nombra sujetos.
Sonidos, timbres,
llantos,
la risa ahogada de los viejos,
sus quejidos de dolor,
las campanas y el maullidos de los gatos,
el viento,
el eco de todo lo deshecho,
vocales,
el aplauso de los que llaman
y el golpe de las puertas en el final.
La fuga de las aves,
las canciones
y el sonido de los trenes,
las olas al romper,
las murmuraciones,
nuestros balbuceos,
y los gritos,
la música de los pianos.
Todo se repliega en ese borde,
y la fisura se hace inmensa
en el abismo del silencio.
Pero dentro de las aulas,
en la voz,
aun en la fragilidad atroz
de todas nuestras voces
y todas nuestras letras, nos movemos
siempre en la eternidad de la palabra y sus sentidos,
en la búsqueda
de la pura significación
emocionada
del lenguaje.
Angela Pradelli
octubre 2011
Comentarios
Publicar un comentario